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sábado, 4 de agosto de 2012

Nada.

Caminaba por aquella calle, el corazón se detuvo al verlo. 

Se saludan, arrogante. 

El fue todo y ahora yo soy nada. 

Un recuerdo que flota perdido en la galaxia del triangulo. 

Ellos dos se ven siendo todo y no son nada. 

Un saludo vació y temeroso. 

Un nada, que es mentira. 

Es que disfrazar el sentimiento es mas fácil que gritar "te extraño". 



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